"apenas fue un instante...
pero suficiente como para dejar una quemadura en la retina
... y en el alma"
Ismael Serrano.
Un miércoles demasiado viernes y una noche que no se termina de cerrar. Un cuello que no busca el futuro en una espalda y tres deseos podridos de tanto embeberse en fruta con sidra. Un gesto serio con miedo a bajar la guardia, unos ojos no atreviéndose al después. Una camisa a rayas asomada por entre las solapas azules de tu rutina, unas manos envasadas al vacío, un dejarte escurrir río adentro.
Un aferrarse a este cordón de la vereda, unos gritos disfrazados, estos gestos desaforados como quien larga la sonrisa para hacer eco. En esta calle tan arrabalera y llena de arena. Enterrando, con cada paso al resto del mundo, esta astillita en la palma del recuerdo con unas uñas sabor "no te atrevas". Un segundo de suspenso, un casi nada de respingo, una patada en la boca del estómago. Un "sálvese quien pueda" por dentro para esta muestra gratis de cruce de miradas a cada lado de la calle.
Como quien entiende que siempre fue así, un puñado de idas y venidas siempre a contramano uno del otro, una constante intermitencia, un apenas verse para evadirse haciéndose los tontos, los distraídos... dos extraños.
Un no querer mirar para atrás una última vez, unos pasos en espejo que van dejando restos de indiferencia hechos senda peatonal.
Y qué extraño no extrañar ni tu forma de no-mirar.
... y en el alma"
Ismael Serrano.
Un miércoles demasiado viernes y una noche que no se termina de cerrar. Un cuello que no busca el futuro en una espalda y tres deseos podridos de tanto embeberse en fruta con sidra. Un gesto serio con miedo a bajar la guardia, unos ojos no atreviéndose al después. Una camisa a rayas asomada por entre las solapas azules de tu rutina, unas manos envasadas al vacío, un dejarte escurrir río adentro.
Un aferrarse a este cordón de la vereda, unos gritos disfrazados, estos gestos desaforados como quien larga la sonrisa para hacer eco. En esta calle tan arrabalera y llena de arena. Enterrando, con cada paso al resto del mundo, esta astillita en la palma del recuerdo con unas uñas sabor "no te atrevas". Un segundo de suspenso, un casi nada de respingo, una patada en la boca del estómago. Un "sálvese quien pueda" por dentro para esta muestra gratis de cruce de miradas a cada lado de la calle.
Como quien entiende que siempre fue así, un puñado de idas y venidas siempre a contramano uno del otro, una constante intermitencia, un apenas verse para evadirse haciéndose los tontos, los distraídos... dos extraños.
Un no querer mirar para atrás una última vez, unos pasos en espejo que van dejando restos de indiferencia hechos senda peatonal.
Y qué extraño no extrañar ni tu forma de no-mirar.
3 comentarios:
WOW! WOW! WOW!
"Como quien entiende que siempre fue así, un puñado de idas y venidas siempre a contramano uno del otro, una constante intermitencia, un apenas verse para evadirse haciéndose los tontos, los distraídos... dos extraños."
Not a word to add!
Love!
Me encantó este vaivén de palabras metafóricas que salen de tus pupilas, de tus oídos, de tu fauce de poeta... =)
A veces me identifico demasiado, y otras veces contemplo con sonrisas lo lindo de cómo escribe esta niña!.
Muchas gracias Agus, por la guía blogguer, y otra vez por volvernos a encontrar por estos sitios de corcheas saltarinas...
Te mando un besote, y con Historia del Arte, Magnific, me encanta, :D
Vos seguro que de 10, también no?, ;)
Nos leemos, Au revoir!
p.d: ya te agregué!
Simplemente me encanto!! En tantas frases me pude identificar que eso hizo que deje mi "vuelta de tuerca", no puedo no felicitar a alguien cuando su trabajo es bueno y cuando puede expresarse y hacer que el otro, el que lee esas líneas, se vea reflejado.
Publicar un comentario