querido diario.

esto de que no me comente (casi) nadie es buenísimo. no sé si existirán lectores invisibles que sobrevuelan este manojo desordenado de sensaciones de una persona cualquiera perdida en el cyberespacio, o si mi popularidad ha descendido TAN estrepitosa y abrumadoramente que puedo considerarme dueña y señora del primer puesto en blogs fantasma por mucho esfuerzo que le ponga a mis entradas...
digo que es buenísimo porque mi sensación es que la única visitante regular soy yo misma, que esto se ha convertido una especie de rinconcito privado entre mi computadora y yo. y ahora que no me da cosa que nadie me lea o se entere, puedo volcar acá todo lo que se me venga en gana (o casi todo, porque siempre tuve mala puntería y juuuuuuuuuuuuuuuuusto ESA persona entró a leer ESAS palabras).

en fin, quiero decir que estoy triste porque estás lejos, lejísimo. y no sé cómo alcanzarte, no me sale. me da miedo reconocer que no me dan ganas de acercarme(te). no pensé que esta impresión de fecha-de-vencimiento iba a existir entre nosotros... y la verdad es que -no te ofendas- me cansaste. pero me seguís doliendo, es inevitable.
es increíble la facilidad que tienen algunas personas para olvidarse (de lo bueno, del otro, de lo-que-sea)... al menos, eso es lo que parece.

y vos sos un completo misterio, también chiquitito allá lejos. bah, no. quizás es mucho más sencillo de lo que mis hámsters maratonistas opinan. el hámster maratonista macho dice que tal vez esta haya sido tu forma de manejarte siempre, que tal vez tu actitud sea la mejor, la más prudente. que no tengo por qué perder el sueño, take it easy, sugar.
el problema es cuando entra en acción mi hámster maratonista hembra. claro. obvio. ella ya se encargó de conjeturar por lo menos 65 hipótesis con sus respectivos teoremas, hipótesis, observaciones y contraejemplos, ella se jacta de tener ese 6º sentido que el muy básico de macho lacks. ella sostiene por ejemplo, que es obvio que hubo un cambio de actitud pum! de un día para el otro. ok, responde macho, pero no hubo un corte rotundo, nadie hizo abracadabra. bueno sí, pero si todo estuviera bien y dentro de los carriles normales ese cambio no tendría que haber existido, retruca ella. sos una susanita cualquiera, va cerrando la discusión el otro que ya se cansó de correr por hoy y se va a dormir asestando el golpe mortal: acaso te prometieron el oro y el moro desde el primer minuto? hembra se queda lucubrando hasta las 3 de la mañana y, agotada de tanto darle vueltas al asunto (masticando con rabia que tal vez macho tenga alguiiiito de razón), se queda frita...
simpáticos. pero la que tiene que elegir qué pensar soy yo. claro claro, tal vez debería dejar que las cosas fluyan. pero me da miedo. miedo a darle más importancia de la que merece, miedo a que sí tenga importancia, a quedarme con ganas de hacer cosas, a no tener el valor de ir a averiguar qué ratoncito está en lo cierto. tal vez sólo tendría que tener el arrebato de ir a zamarrearte al grito de "ME GUSTAAAAAAAAAAAAAAAS! hacete cargo, macho". pero es que, vos entendeme... tanto tanto -vos tampoco te ofendas- cansa.

así que me parece que lo mejor va a ser pedirle a esta noche que me invite a una ronda de tequila y a otra cosa mariposa. take it easy, sugar. enough is enough.



me encanta escribir todo esto y que ni yo cache qué cornos quise decir :)