la próxima vez que me dé curiosidad saber en qué mejilla te pega el viento o si seguirás haciendo esa mueca con los labios mientras tocás la guitarra, voy a buscar una foto vieja de aquel verano, releer una carta en papel amarillento y cuadriculado o revolear por la ventana la púa que me regalaste... pero bajo ningún aspecto, desde ningún punto de vista, de ninguna manera voy a permitir que mis oídos vuelvan a escucharte la voz en un purevolume perdido (y mucho menos en vivo y en directo).
NO.
1 comentario:
usted sería más auditiva que visual, pues aparentemente fotos o papeles no le afectan tanto como determinadas ondas sonoras.
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